El poder del marketing emocional (y cómo aplicarlo)

Las personas toman decisiones por emoción y las justifican con lógica. Eso es lo que hace poderoso al marketing emocional.

1. Identificá el dolor de tu cliente

No vendés un servicio: vendés alivio, tranquilidad, orgullo, pertenencia. ¿Qué siente tu cliente antes y después de usar tu producto?

2. Contá historias reales

Los testimonios, los casos de éxito y tus propias vivencias generan conexión. La gente confía en historias, no en promesas.

3. Usá un lenguaje que hable al corazón

Evitá jerga técnica. Hablá como hablarías a un amigo. Frases como “¿Cansado de no ser visto?” o “Imaginate por fin teniendo clientes que te valoren” funcionan.

El marketing emocional no es manipulación: es empatía. Y es la clave para marcas que perduran.